La palabra mordaz y libertina,
en tu boca que el ósculo consume,
es una flor de punzadora espina
pero que tiene mágico perfume.
Tu discurso es amargo, licencioso
y repugnante, pero —¡extraño ejemplo!—
tu acento es dulce, arrullador y suave
como el canto del órgano en el templo.
Y tu voz a cuyo eco me emociono
lastima al mismo tiempo que recrea,
es el canto de un ángel por el tono
y el habla de un demonio por la idea.
~ Salvador Díaz Mirón
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3 comentarios:
Como me gustan todas y cada una de las letras que escribes en tu blog. Un saludo.
Hermosas palabras y precioso el contenido. Un golpe de belleza sacudido con intensidad, alejándonos del mundanal ruido y de la vulgaridad más absoluta.
"Tu acento es dulce, arrullador y suave"
Me encantan esas palabras, ese mensaje escrito, oculto entre las letras.
Gracias por golpearme de este modo.
"Y tu voz a cuyo eco me emociono
lastima al mismo tiempo que recrea"
Palabras ciertas como el día. Ángeles y demonios, fundidos en el mismo cuerpo, intercambiando sus papeles. A veces sus palabras son dolorosas y su tono hermoso y otras veces sucede a la inversa, dándole la vuela al mundo y dejándolo todo patas arriba.
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